Quemar incienso es una tradición que se remonta miles de años, en prácticamente todas las civilizaciones antiguas de la Tierra, y es bien conocida por sus cualidades de alterar el estado de ánimo. El incienso palabra se deriva del verbo latino incendere, ‘quemar’.
Se ha utilizado para acompañar a la oración, para adorar a los dioses, purificar el aire, la liberación vibraciones negativas, inducir conciencia de sí mismo y para elevar el estado emocional.
Hay muchas referencias al incienso en el Antiguo y el Nuevo Testamento y los católicos romanos aún usan el incienso en la misa y en muchos otros de sus rituales. Simboliza el carácter sagrado de una persona u ocasión, y por su oración que se eleva a Dios.
Cuando Jesús nació, incienso, mirra y oro, se presentaron como regalos para el recién nacido. En la tradición hindú incienso juega un papel muy importante como el aroma contribuye a proporcionar el ambiente más favorable para la meditación y la oración.
En el culto de sus divinidades, el incienso se considera esencial, así que durante el culto diario en sus altares, familias indias ofrecen incienso, velas y flores en señal de devoción. Se ha explicado que nuestras acciones en nuestras vidas deben dar felicidad a los demás, así como el palo de incienso que desprende un olor hermoso.
Los antiguos egipcios usaban incienso en muchos de sus rituales en el templo, se creía que purificaba tanto el culto y sus fieles. Se dijo que para ahuyentar los malos espíritus y al mismo tiempo atraer a los dioses. La tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes en Tebas fue descubierto con grandes cantidades de perfumes, aceites y el incienso en torno a su momia. Cada incienso tenía un propósito específico y el efecto, tales como incienso, que fue considerado como «alimento de los dioses”.
En los antiguos textos sánscritos, hay muchas hermosas descripciones de las ocasiones festivas, cuando se quemaba incienso en las casas y calles, deleitando a los residentes de la ciudad “a cada paso. Las aguas perfumadas también fueron utilizados para fumigar las calles y las guirnaldas de flores perfumadas adornando y edificios decorados y zaguanes. Los aromas creados por estas actividades fueron suficientes para “llenar el corazón con la euforia y la elevación de la mente a su estado más alto”.
En la tradición budista el incienso se ha utilizado siempre para acompañar a sus meditaciones, para inducir la conciencia de sí mismo y liberarse de los estados negativos. Se asocia con la vida con sabiduría y compasión, con suavidad que impregna el mundo con sus cualidades divinas, así como ráfagas de incienso que impregna la atmósfera.
Cada fragancia diferente, tiene su propia vibración, por lo que el incienso puede ser seleccionado para ayudar a la mejora del ánimo, que te ayudarán a sentirte bien, calmante y estimulante – para reducir las situaciones de estrés, y para contribuir al desarrollo personal. También es excelente quemar al mismo tiempo afirmaciones diciendo que, para elevar su conciencia y purificar el ambiente en que vive. La mayoría de las personas debe escoger su incienso “desde su corazón “, permitiendo así una intuición para guiarse por su “bien supremo”. Por lo tanto, el incienso juega un papel muy importante en la creación de un medio ambiente sano en el que las personas que buscan la sabiduría y la verdad pueden “sintonizar” con su “propósito en la vida”.
Hay muchas variedades de aromas de incienso en el mundo, algunos con una “sola nota, como el jazmín, sándalo o de nardo. Mezclas orientales tienden a ser caliente, picante y dulce y complejas armonías florales son una mezcla de varias notas florales juntos. La siempre popular tono terroso del pachulí es una fragancia cálida y con frecuencia se utiliza más en invierno, para calentar el corazón y su hogar, mientras que la fragancia, juvenil de la fresa se suele disfrutar en una mañana de primavera, cuando el sol se está extendiendo su curación rayos.
Fuente: http://www.elrinconmagicodeluna.com/historia-del-incienso/
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