Las hadas compartieron este secreto con los antiguos Celtas que, como consecuencia, se dedicaron a coleccionar las cabezas de los héroes muertos.
Se rumoreaba que cuando se separaba del cuerpo, la cabeza aún seguía viva.
Esta minúscula hada presta atención a la sabiduría del anciano, él le relata leyendas y secretos antiguos mientras ella se divierte.
El hada guarda en su memoria todas las historias para después contárselas a generaciones futuras. Las hadas no viven eternamente, aunque lo cierto es que viven más años que los humanos, incluso más que los que poseen sangre de hada. Su luz no se apaga, y este hada tan diminuta que se apoya sobre la cabeza de un genio hace que el saber no se pierda.
Por otro lado, su suave resplandor representa la inspiración, la musa, el fuego cerebral al que se refieren los chamanes celtas.
Uno siente cuando ve, cuando admite el vínculo que une todo lo que le rodea, cuando le embargan la inspiración y las ideas, cuando se rencuentra con su verdadero yo.
Este anciano cuya luz se apaga transmite su sabiduría a un hada más joven que él, sin subestimarla.
El mensaje que te da este hada para hoy es que escuches a los mayores, busca un anciano sabio y divertido del que puedas aprender. Descubre la sabiduría que albergan tus padres, tus ancestros.
Deshoja tu árbol genealógico para hallar señales mágicas: están ahí.
Los sabios guardan mensajes para ti y puedes aprender mucho de ellos. Deja que te transmitan su conocimiento para que la tradición continúe.
Debes entender que provienes de un vasto linaje de sabios y que puedes comunicarte con ellos.
Encontrarte por casualidad con una persona mayor puede darte mucho que pensar. No tengas miedo a envejecer. No morirás jamás, ya que tu luz perdurará.
El brillo de tu alma regresará al Origen, al fuego estrellado y se renovará cuando quieras.
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